miércoles, 26 de diciembre de 2012

No hay forma de seguir...así.

Se empieza pensando en los demás, se acaba olvidándote de ti misma.
Párate a pensar..¿hiciste lo que dictó tu corazón? o,  ¿lo que tu mente creía más conveniente? 


No hablamos de impulsos, pues no siempre son adecuados ni aparecen en el momento oportuno. 
Hablamos de dejar la empatía a un lado, por un segundo...cierra los ojos y siente que hay dentro de ti.  No solemos hacerlo, ¿verdad? Nos abandonamos cuando tenemos que tomar decisiones difíciles, todo vale menos nuestra felicidad. 
El egoísmo comienza a ser apto cuando se nos olvida qué nos haría realmente felices, cuando no encontramos la razón por la que espontáneamente, comenzaríamos a reír ahora mismo. 
Si pretendes hacer feliz a alguien, deberías empezar siéndolo tú mismo. ¿Qué alegría pretendes transmitir? Del aire no captarás ni una pizca. Solo tú exteriorizas tus propias sonrisas...si no están, dime tú que nos queda.

Por eso, no des explicaciones a nadie que no entienda que ante todo, buscas una carcajada espontánea dentro de tu corazón. Sí, de esas que piensas que si alguien te observara pensaría que estás loca, cuando en realidad solo envidiarían ese aroma fresco que surge de quererte a ti mismo, de cuidar tu ser. 

No os privéis de llorar, pues no todas las lágrimas son amargas. No arrepentíos de nada, algún día fue importante. No dejéis de soñar, es gratis y ayuda a cumplir expectativas.. 

Pero sobre todo, no olvidéis que "yo, mi, me, conmigo". Si no lo haces tú mismo, ¿quién lo hará?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario